Muchas veces me he sentado en la calle, sí en la calle, da igual el lugar exacto, una silla de cafetería, el adoquín de la acera, un banco... da igual, lo importante es estar sentado, quieto, en silencio y muchas veces manteniendo la respiración, para no hacer el más mínimo ruido y mirar, solo mirar.
Mirar el transito de las personas, pararte a ver la madre que lleva a su hijo de la mano y preguntarme ¿ Donde irán?, lo pienso, y en el momento que me surge la respuesta... un hombre se me cruza con su maleta de piel , camina apresurado, ¿ camino del trabajo?, o ¿salia del trabajo y no llega a la cita que tenía después?, mientras estas y otras tantas preguntas se amontonan en mi cabeza, se entremezclan, se pelean, muerden, desgarran , con el único fin de tomar protagonismo y poder ser resueltas, llega a mí el sonido, ese sonido que sale de rozar el arco con las cuerdas, sí, es ese sonido, sonido de cuerdas tensas, sonido de madera de arte, todo eso mezclado con el aroma a incienso que se respira en el aire, hace que me deje llevar, que me olvide de mis cuestiones, de mis transeúntes y de sus vidas... solo existe ese sonido que me sabe a madera labrada, a manos curtidas en el arte de los sentimientos.
Es ese sonido, que me llena el que hace que me gire, y al igual que una marioneta de teatrillo, inconsciente de mis actos, abandoné mi lugar y me dirija hacia donde él me quiera llevar y entonces es cuando la veo, se que es ella,¿ porque ?, porque unas manos blancas, de fino mármol, flexibles como cañas de bambú solo pueden ser de una ,mujer, los dedos se deslizas por las cuerdas veloces, concisos, arrancándole al instrumento sonidos tan hermosos, tan sensuales, que pareciese que llevaba siglos guardándolos, es entonces cuando la miro, esos ojos , no aprecie forma o el color, pues solo fui capaz de perderme en la profundidad de su mirada, una mirada de otro lugar, fue entonces cuando ella dejó de tocar, y de pronto,PREGUNTA, ¿miran diferentes la personas de otros lugares?, ¿como habría ella acabado aquí?, ¿por qué sonríe?, ¿que espera?, el sonido que había mantenido a mis amigas en silencio había cesado y al bajar la mirada, vi lo que ella esperaba.
Hay placeres en la vida que uno debe de pagar, y este no era diferente... Solo obtuve una respuesta ese día, pero no necesitaba más.
¡Bueno! Me ha encantado. De hecho soy fan del 'encanto que tienen las vidas perdidas' y con ello me refiero a las de todos nosotros. Me encanta poder imaginarme sus problemas, su cotidianidad, sus valores, sus prioridades... En fin...
ResponderEliminarLuego hablas de la MÚSICA... Siempre he querido refugiarme en algo que intente parecerse a una 'panacea'. Lo que más tiende a ello es la música, sin duda.
* Me ha encantado la referencia personal (intencionada o no) con lo del teatrillo...
Sigue, Manu! :)